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Asedio a la medicina tradicional. Consideraciones

Introducción

Los enormes avances de la Medicina son incontestables. Sin embargo, la atención al paciente y las relaciones médico-enfermo, enmarcadas en la medicina tradicional están sometidos a un intenso asedio. Presiones de todo tipo condicionan profundos cambios en la práctica médica.

La actividad sanitaria está entre las mejor valoradas socialmente, convirtiéndose en objeto de deseo, un botín. ¿Vocación, caridad, altruismo, colaboración, …? no seamos ingenuos, la enfermedad ejerce otras atracciones para científicos sanitarios, biólogos, químicos, físicos, economistas, gerentes, y…movimientos filosóficos. Los nuevos descubrimientos, suelen concluir con: “prometedor para la medicina” y la Filosofía de la Medicina está adquiriendo un protagonismo insospechado.

Todos acechan una oportunidad de participar en el “progreso médico”, aumentando los conflictos de competencia, intrusismo, titulación y figureo social. Paradójicamente los avances son, en general, espectaculares en expectativas de vida en enfermos y nivel profesional de los médicos. Pero la confianza en el sistema, calidad de vida, deterioro laboral y relaciones médico-enfermo reconocen bastantes distorsiones.

¿Qué fuerzas asedian a la medicina? Tres campos interaccionan entre sí y condicionan las relaciones médico-enfermo: la Administración, las propias especialidades y los movimientos filosóficos al uso.

La Administración

Las prioridades políticas mal entendidas atentan contra el enfermo y la estabilidad profesional alterando la práctica médica. La estadística, redes, economía y el BOE, con sus sesgos ideológicos en manos de cualquier político indocumentado resulta nefasto. Hay numerosos ejemplos.

Nunca se vieron tantas agresiones y denuncias de pacientes, que alteran los protocolos tradicionales del ejercicio profesional. La administración condena a los médicos con interinidades abusivas, consultas minutadas, falta de conciliación familiar, etc. Como se vio en la pandemia, los sistemas de seguridad y protección de los sanitarios deja bastante que desear. Los médicos se ven obligados a sustituir el juramento hipocrático por declaraciones de objeción de conciencia y seguidismo político.

Por si no bastara, llega la actual ministra, médica por más señas, creando conflictos sobre compatibilidades, Estatuto Marco, plantillas, etc. Cualquier gestión, multiplicada en varios niveles de la Administración, termina en los desesperantes vericuetos de la burocracia, culpando frecuentemente a los médicos. La política de fármacos huérfanos, manejo de enfermos de ELA, listas de espera, certificados médicos, etc., llevan a mirar de reojo, cuando no con ojeriza, a los sanitarios. En definitiva, se está consolidando la indeseable práctica de la “Medicina Defensiva”.

El paradigma de las especialidades médicas.

La Medicina fue sumando las experiencias de alquimistas, curanderos, naturistas, barberos, etc. y los movimientos filosóficos de cada época. Con Descartes (siglo XVII), padre de la filosofía moderna, se inició la revolución científica, añadiéndose la Medicina como ciencia dos siglos más tarde.

Las especialidades nacen en el siglo XIX, consolidándose, y de qué manera, en el siglo XX. El microscopio y las tinciones diferenciales desembocaron en las especialidades histopatológicas y microbiológicas. Las epidemias y técnicas de higiene impulsaron el campo de la salud pública. Gracias a los anestésicos, ingeniería química, física de rayos X, biología molecular y otras, surgieron especialidades como las quirúrgicas, clínicas o diagnósticas. Todas reunían ciertos requisitos: técnica específica, métodos propios, jerga ininteligible y un liderazgo cismático-tipo “caballo de Troya”- procedente de otra especialidad.

En el Siglo XXI estamos en una encrucijada. ¡Más de 70 especialidades reconocidas en el mundo, 30 de media en países europeos, 49 en España!; es un despropósito. En numerosas especialidades- técnicos mediante- la relación médico-enfermo está difuminada o es inexistente. La eficacia exige, a su vez, la clasificación en especialidades clínicas, quirúrgicas, médico- quirúrgicas, de diagnóstico y de salud pública. Y se siguen revindicando otras con la denominación de “áreas de capacitación específica” a la espera de su certificación como especialidad. ¿Necesitaremos una nueva especialidad “Coordinadora de especialidades”?

El escenario está cambiando. La filosofía de la medicina plantea otros problemas globales, técnicas y métodos compartidos, otro lenguaje y liderazgos externos del campo médico. Los cambios son patentes con las Unidades de urgencias-clasificación, ictus, trasplantes, quirúrgicas, cardio-vasculares, oncológicas o de alta resolución diagnóstica, por ejemplo. Muchos especialistas médicos ya son sustituidos por expertos informáticos, físicos, biólogos, etc.

Apuntes filosóficos

Los filósofo-científicos han asediado la medicina convencional defendiendo la obtención del conocimiento a través de la Filosofía de la Ciencia. Abarca el estudio de conceptos, hipótesis, paradigmas, interacciones médicas, tipos de razonamiento y método científico. No es un tema nuevo, como atestiguó C. Bernard, padre del método experimental en Medicina. Ante las críticas de los filósofos, defendió su equidistancia entre los movimientos imperantes en la época (empirismo, racionalismo, vitalismo y positivismo).

Es bien conocida la influencia de los métodos inductivo-deductivo, racionalismo cartesiano, hipotético- deductivo o falsacionismo de Popper. Actualmente ronda insistentemente el anarquismo metodológico próximo a las ideas marxistas; el conocimiento se obtiene a través de varios métodos según las circunstancias. En éstas estábamos cuando, ¡atención!, llegó la Filosofía de la Medicina. Lo hizo de la mano de la Filosofía de la Ciencia, de la Física, Ciencias sociales, Biología, … y de la Bioética.

A partir de los 70, es una disciplina importante con temas fundamentales: salud, enfermedad, envejecimiento, discapacidad, sufrimiento, bienestar, muerte, … Ya se desarrollan “Filosofías especiales” como la de Psiquiatría o la de Salud Pública, y no son meras teorías. Desde hace 40 años funciona el influyente Departamento de Marxismo de la Facultad de Medicina de La Habana. Dispone de una plantilla de 20 profesores con alta preparación metodológica y política-ideológica para transformar la salud del entorno nacional e internacional. El objetivo es perfeccionar el currículo para el desarrollo del pensamiento crítico y la formación de valores. ¿Nos matriculamos?

La jerga filosófica infiltrante maneja mejor la epistemología o la gnoseología que la semiología y propedéutica, bases de la Patología. Algo similar ocurre con la metafísica, referente de las relaciones de causalidad-etiología- con los efectos de la enfermedad. La ontología de la enfermedad estudia el curso del proceso y sus interacciones con otras áreas, o sea, la historia clínica. Pretende adquirir otra dimensión al definirse como “el campo en la intersección de la medicina, la informática y la epidemiología”. Bienvenida la filosofía a la medicina si prescinde de sesgos y adoctrinamientos, pero las sospechas son inevitables.

Glosario de términos “sospechosos”.

  • Axioma. (Filosofía de la Ciencia) Proposición tan evidente que se admite sin demostración. En medicina debe ser usado con precaución porque aforismos, sentencias, signos patognomónicos, leyes y certidumbres están repletos de incertidumbres.
  • Bioprefijo frecuente de agentes invasores de la Medicinabioética, bioquímica, biofísica, biometrología, biomecánica, bioingeniería, bioinformática, biosociología, biomolecular, etc.
  • Evidencia. La filosofía de la evidencia impulsó la “Medicina basada en la evidencia” (hechos o pruebas) como imprescindible en la clínica.  Las guías de práctica clínica, metaanálisis, ensayos clínicos, estudios de cohorte, experimentales, … se consideraban definitivos. La opinión de los expertos actuales es demoledora: dificultades en jerarquización, clasificación, solidez, fiabilidad, incertidumbre y sesgos de aplicación. O sea, el final de esta moda es inevitable.
  • Investigación observacional. Los análisis observacionales de síntomas, enfermedades, mercados, tendencias político-sociales, de opinión de expertos, etc., son útiles, pero recortan criterios médicos personales. Es habitual en epidemiología.
  • Inteligencia Artificial y Medicina cuántica. ¡La que se nos ha venido encima! Aplicaciones, automatización- robotización, algoritmos, encriptaciones, superposiciones en pluripatología, etc., invaden ya la jerga sanitaria.
  • Otros. Conflicto de intereses, Entrelazamientos, Estratificar, Eurística, Falsación, Incertidumbre, Incompletitud, Indecibilidad, Lógica situacional, Recursión, Relatividad, Sesgo, Universal, etc., son otros ejemplos.

Resumen

¿Medicina tradicional o actual? Los indudables progresos dificultan la adecuada evolución de algunos principios tradicionales. ¿Por qué se suele satanizar a la Administración? La politización, burocracia, escasa eficiencia y distanciamiento con la medicina real, constituyen una muralla difícil de superar. ¿Qué papel actual juegan las especialidades? El número, indicador del progreso científico, ya resulta excesivo; muchas funcionan como compartimentos estancos o se solapan con otras y deben ser revisadas y reordenadas. ¿Están fuera de contexto los movimientos filosóficos? Ni mucho menos, la Filosofía de la Medicina con sus modalidades, dirige los conceptos y métodos del conocimiento médico actual y futuro.

Referencias

 

Sobre el autor

Médico, fue profesor de varias universidades españolas donde investigó sobre antimicrobianos y poblaciones bacterianas, colaborando en numerosos artículos y libros. En Esfera Salud, sus artículos sobre historia y actualidad de la Medicina están dirigidos a los lectores interesados en temas de Salud.


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