Physical Address
304 North Cardinal St.
Dorchester Center, MA 02124
Physical Address
304 North Cardinal St.
Dorchester Center, MA 02124
Temas
Los artrópodos, fundamentales en el ciclo biológico de la naturaleza se tornan terribles para el hombre en muy variadas circunstancias. Unas veces atacando las cosechas y el ganado masivamente, originando las plagas, motivo de ruina económica de muchas civilizaciones y otras veces afectando directamente la salud.
En este caso se deben diferenciar dos situaciones importantes: Parasitaciones por Sarcoptes (sarna) larvas de dípteros (miasis) y piojos y ladillas. Picaduras esporádicas de insectos que, aparte de la molestia de la picadura, pueden trasmitir enfermedades, me refiero a pulgas, chinches, garrapatas y los piojos.
Históricamente se asociaron las parasitosis a la falta de higiene, indigencia etc. y mucha gente le tiene un rechazo y aversión solo superado por el que se tiene a las arañas y serpientes. Cuando en el siglo XIX se empezó a conocer su papel en la transmisión de infecciones, muchas con carácter epidémico incluyendo la peste, empezaron a convertirse de un problema de higiene privada a un problema de salud pública. No es de extrañar que a los insecticidas se les denominara también pesticidas.
Desde los tiempos mas remotos, imitando a los animales (elefantes, hipopótamos, cerdos) el hombre ha utilizado el barro para tratar las picaduras y las hogueras, humo, incienso y especialmente la quema de azufre como fumigante para ahuyentar (repeler) los insectos. Mas tarde, a lo largo de la Edad Media y hasta el siglo XX se han venido usando extractos de pimiento, tabaco y cítricos, vinagre, trementina, salmuera, etc. En resumen, cientos de remedios, según la cultura, región etc. se han utilizado como insecticidas.
Hasta los años 40 se utilizaban para los piojos fundamentalmente las piretrinas. Derivados naturales obtenidos de las flores de crisantemos. Las flores secas y molidas eran el componente del polvo utilizado contra los piojos en las guerras napoleonicas. Para la sarna se utilizaban las pomadas de azufre y derivados naturales (como bálsamo de Perú o aceite de cade). En 1940 se introdujo el “mitigol” de Bayer a base de azufre y en 1943 el Escabosan (aceite salicilico + nicotina) y el endermol (salicilato de micotina + lanolina).
Contra las miasis se ha usado el zumo de tabaco, tocino sobre el orificio forunculoso (la larva por su tropismo hacia el tejido graso sale al exterior), cloroformo, amoniaco etc.
La 2ª Guerra Mundial marca un hito en la historia de los pesticidas ya que se dio un extraordinario impulso a la industria química haciendo posible la aparición de una nueva generación de insecticidas (para algunos los de segunda generación). Las tres familias mas importantes han sido: los organoclorados, los organofosforados y los carbamatos.
De los primeros, los mas famosos fueron el DDT y el lindano considerados problemáticos especialmente por su bioacumulación. Los organofosforados (malation, paration etc.) son muy tóxicos, desarrollados a partir de gases empleados en la guerra química, pero poco persistentes, se emplean en agricultura. Los carbamatos (carbasil, proposur…..) menos persistentes y tóxicos que los demás, son de uso doméstico (insecticidas de interior).
El DDT o diclorodifeniltricloroetano fue sintetizado hace más de 130 años (1874) por el alemán O. Zeidler y relegado al olvido. Pero a finales de los años 30 la firma suiza Geigy encargó a su químico Paul German Müller la búsqueda de un insecticida de acción rápida e inocuo para mamíferos y por supuesto el hombre.
En 1939 se “redescubrió” y “resintetizó” el DDT de Zeidler alcanzando un éxito extraordinario por 3 hechos memorables:
Estos datos, entre otros, hicieron tan popular al DDT, que Müller se hizo acreedor al Premio Nobel de 1948. Permitió incrementar la calidad de vida, se protegieron cosechas y se estimó que se salvaba mas de un millón de personas cada año. Frecuentemente se utilizaba el dato de paludismo en la India que afectaba a 75 millones de personas en 1952 y después del uso masivo del DDT rondaba solo los 100.000 casos. Las ventajas eran indudables Pero ¿y las desventajas?
Muy pronto se detectó su lenta degradación (unos 3 años) antes de la cual, como es muy poco soluble en agua y si lo es en grasa, se acumula en los organismos de la cadena trófica. Por eso en los insectos se acumula mucho mas que en plantas, pero en los predadores de los insectos la acumulación va aumentando progresivamente. Se ha llegado a estimar que en la cadena trófica podría acumularse durante mas de 100 años, lo que permitiría deducir que en los años 70 permanecían activos en nuestro planeta mas de 500.000 toneladas de DDT.
Lo efectos no tardaron en demostrarse, algunas poblaciones de aves y otros animales se empezaron a ver afectados negativamente. Aumentaron las resistencias de los insectos a estos pesticidas y a través de la cadena alimentaria llegaba al hombre debatiéndose sobre sus efectos carcinogenéticos, de disminución de la fertilidad, etc. tanto del DDT como su metabolito principal, el DDE. Además, por un mecanismo químico-físico, los componentes volátiles pasan a la atmósfera desde las áreas mas calientes del globo, condensándose en las regiones mas frías y depositándose en vegetación, suelo y superficies acuosas.
El DDT pasó de héroe a villano entre los años 70-80 llegándose a la prohibición, pero una prohibición internacional un tanto curiosa. Se ha permitido el mantenimiento de unas pocas fábricas para satisfacer las necesidades de algunas áreas palúdicas y del tercer mundo ante la ausencia de insecticidas mas baratos y eficaces que se debían ir reduciendo paulatinamente hasta el 2007, en que el uso debía ser cero siendo sustituido por otros insecticidas nuevos, menos tóxicos y mas biodegradables.
La paradoja es que en muchos países, contra lo acordado, se ha seguido utilizando, las novedades esperadas ante el empuje de la investigación química no acaban de llegar y además aparecen muchas críticas que no están totalmente de acuerdo con la supresión total del DDT.
La mayoría de los miles de insecticidas tienen una acción paralizante de los insectos a diferentes niveles, curiosamente también se han ensayado como insecticidas las avermectinas, antibióticos obtenidos de un Streptomyces.
Desde los años 90 de ha acuñado el concepto de insecticidas biorracionales con importancia en agricultura-ganadería, pero que tienen siempre en el punto de mira la salud pública. Las feromonas, reguladoras del crecimiento de los insectos, las bacterias insecticidas (como Bacillus thurigiensis) y hongos son modernas líneas de investigación dentro de los insecticidas biorracionales antes de llegar al debatido horizonte de los trasgénicos.
Relacionados
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.