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Comer. ¿Cuándo conviene?

 

Además de controlar lo que comemos, deberíamos hacerlo en el momento más conveniente para nuestra salud. Pero, ¿cuándo conviene comer?

EL horario de nuestras actividades cotidianas es cada vez más importante si queremos tenemos tener un corazón saludable, y dentro de ese horario debemos encajar la comida en el momento más adecuado para ello.

Los ciclos circadianos y de otro tipo parecidos, son muy importantes en el funcionamiento de nuestro organismo. Así, por ejemplo, parece ser que cuanto más tarde, peor se procesa peor los alimentos ricos en hidratos de carbono, No obstante, esto no necesariamente significa que se requiera un horario estricto para comer, sino más bien orientativo.

Es lógico distribuir adecuadamente la ingesta de calorías, teniendo en cuenta cuando es más probable que necesitemos ese nutriente para nuestro metabolismo, es más probable gastar energía a lo largo del día que a última hora de la tarde; y que conviene no realizar una sola comida, sino repartirla.

Lo más saludable parece ser que las comidas más fuertes deben ser sobre todo el desayuno, la comida del medio día más ligera y luego disminuir la ingesta por la tarde hacia la noche; ya que, durante la noche, normalmente necesitaremos menos energía que a lo largo de las horas del trabajo diario.

Parece haber evidencia de que quienes siguen este tipo de recomendaciones tienen una situación física más saludable. El número de comidas es importante, siendo lo más saludable dividir el total de la dieta en varios momentos a lo largo del día, al menos cinco, debiendo ser los más abundantes los de las primeras horas. A mayor número de tomas, menor riesgo de obesidad y mejores cifras de colesterol.

Este tipo de dieta tiende a facilitar la pérdida de peso y al mantenimiento de unos valores de presión arterial y colesterol menores; junto con un menor riesgo de padecer diabetes del adulto y enfermedades cardiovasculares.

No obstante, no existe evidencia directa de que estas mejoras en la salud sean necesariamente debidas a la distribución de los momentos en que se realiza la ingesta y no a otros factores relacionados en el estilo de vida de los sujetos estudiados. De todas formas, parece de sentido común que esto sea así.

Otro elemento importante es beber suficiente agua por la mañana tras numerosas horas sin ingerirla, siendo especialmente recomendables los zumos, las infusiones, o sencillamente el agua fresca natural. También resulta muy recomendable, en el caso de que se picotee frecuentemente, que el contenido de este sea saludable y dejen de hacerlo a partir de media tarde.

Resumiendo, cinco o más comidas al día y la mayor carga nutritiva por la mañana, descargado el contenido calórico de las tomas a partir de media tarde. Todos conocemos refranes como:

  • de grandes cenas, están las sepulturas llenas
  • come poco y temprano si quieres llegar a anciano
  • desayuna mucho, come más, cena poco y vivirás
  • desayunar como un rey. Comer como un príncipe y cenar como un mendigo
  • abreviar la cena: prolongar la vida
  • come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago
  • cenas, soles y magdalenas, tienen las sepulturas llenas
  • más mató la cena, que sanó Avicena

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