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Contrasta la importancia de la comunicación en Ciencias de la Salud con las escasas referencias sobre uso y desarrollo del lenguaje en este campo. El lenguaje humano, se estructura en forma de oraciones, definidas como “el conjunto de palabras que expresan un juicio con sentido y autonomía sintáctica”.
En la era de la globalización todo está relacionado y coordinado. En la comunicación contamos con una importante herramienta gramatical: las oraciones coordinadas, estructuras que relacionan sujetos, verbos o predicados diferentes. Están formadas por dos o más oraciones del mismo nivel sintáctico, pues todas tienen la misma importancia y ninguna depende de otra u otras. Las subordinadas, sí.
En la escuela nos enseñaron a “no mezclar peras y naranjas”; estrategia pedagógica útil para algunas operaciones aritméticas. Sin embargo, desde el siglo XIX la Medicina adquirió la categoría de ciencia con magnitudes y conceptos distintos relacionados: etiología, diagnóstico, tratamiento, principios, teorías, datos, etc.
En el siglo XX la teoría de la relatividad, constituyó una referencia fundamental. Se comprobó científicamente la importancia de coordinar (relacionar) dos magnitudes diferentes: espacio y tiempo. En la más famosa ecuación de la historia, Einstein mezcló con fortuna “churras y merinas” al relacionar energía, masa y velocidad de la luz. Las “ecuaciones” sintácticas, en referencia a oraciones coordinadas, son las más populares y prácticas en el lenguaje común.
Es destacable la importancia de los enlaces, que marcan el tipo de oración y orientan el sentido del discurso. Sirva el siguiente ejemplo: “En la salud prevenir, pero en la enfermedad, curar”. Esta oración adversativa compara dos escenarios de similar importancia. Si se resume y se cambia la conexión pero por más que estamos ante la popular oración subordinada: “Más vale prevenir que curar”. Conceptualmente es engañosa, porque “curar” queda subordinado a “prevenir”, clara incorrección al desarrollarse en escenarios diferentes de nivel equivalente.
La reciente pandemia de COVID-19 constituye un modelo sencillo para entender, a través de la sintaxis, la coordinación de magnitudes y conceptos diferentes. La “infodemia”, o sea, la epidemia informativa sobre COVID y asuntos sanitarios en general, propició el debate de cualquier apartado. Políticos, economistas, médicos, enfermos, periodistas, etc. han protagonizado escenarios similares y la mayoría de los ejemplos citados corresponden a titulares de noticias.
Coordinaciones adversativas. Corresponden a oraciones de igual o similar categoría utilizadas en el contraste de situaciones, datos o casos. Son habituales en el discurso crítico sanitario y en el apartado “Discusión” de las publicaciones científicas. Se explica por el impacto social, informaciones no contrastadas, avalancha de descubrimientos, diversidad de factores y biología cambiante.
Los nexos son los marcadores de la idea. Unos son restrictivos (pero, sin embargo, mas, sino, aunque, no obstante). “Tenemos la mejor Sanidad del mundo; sin embargo es el Gobierno que peor gestionó la pandemia”. “La nueva variante del virus es menos patógena, pero más contagiosa”. “Parece un buen profesional, pero es un incompetente”. “El diagnóstico de sospecha es clínico; no obstante conviene su confirmación por el laboratorio”. “El Gobierno decreta el confinamiento, aunque jurídicamente es discutible”.
Otros enlaces son exclusivos (a pesar de, pese a que, aun cuando, aun si, aun sin, incluso si). “El número de fallecidos fue muy alto, a pesar de la correcta asistencia”. “El pronóstico es crítico, incluso si el tratamiento es adecuado”. “Se debe vacunar a la población de riesgo, pese a que no se evita el contagio”.
Coordinaciones copulativas. Notar que el adjetivo se refiere a las coordinaciones. En el ámbito social y sanitario son indicadoras de aspectos como sumar, añadir o, por el contrario, descartar. En el campo médico (farmacológico, inmunológico, toxicológico,…) dominan en conceptos de adición, sinergismo o antagonismo. Siempre referidas a ideas de nivel similar.
Nexos habituales: y, ni. “Se celebró una gran manifestación y se multiplicaron los contagios”. “Insólito: en un mes tuvimos pruebas diagnósticas y en un año las vacunas” “Mejoró con el tratamiento; (y) evitó el ingreso hospitalario”. “Los fármacos están indicados para controlar la fiebre y reducir la complicación pulmonar”. “Prevenir las enfermedades y controlar la calidad de vida, dan sentido al área de Medicina Preventiva y Salud Pública”. “Ninis: ni estudian ni trabajan”. “Ni está ni se le espera”. “El Gobierno no controla la pandemia, la Oposición tampoco presenta alternativas”. “No recibieron tratamiento ni fueron vacunados”.
Coordinaciones disyuntivas. La coordinación entre las infinitas opciones diagnósticas, terapéuticas, etc. plantean permanentes disyuntivas. Los nexos “o” y “o bien” dominan la actual emancipación del enfermo y las posibles alternativas médicas. La elección entre el interminable catálogo de prestaciones sanitarias supone un avance social, aunque con frecuencia acaban en un problema de toma de decisiones. “Lo tomas o lo dejas”. “Puede vacunarse o no viajar”. “El médico le ofreció un tratamiento empírico o esperar a tener el diagnóstico”. “El tratamiento es el habitual o bien, si lo prefiere, lo incluimos en el protocolo de un ensayo clínico”.
Se debe recordar que la disyuntiva es la clave algorítmica del manejo habitual del médico ante su enfermo. En un algoritmo, dado un estado inicial y una entrada, se va optando entre dos resultados posibles hasta llegar a una solución. Por ejemplo ¿Tiene síntomas infecciosos o son de otro tipo? Si son infecciosos ¿corresponden a patología respiratoria o bien afecta a otros sistemas? La clínica infecciosa respiratoria ¿es compatible con COVID o es típica de otras enfermedades? ¿Es PCR positivo o presenta fibrosis pulmonar solamente? Y así sucesivamente para llegar al diagnóstico y optar por el mejor tratamiento para enfermo.
La coordinación disyuntiva está presente en todo tipo lingüístico. Su similitud es evidente entre cada “oración” del lenguaje informático binario (del cero y el uno).
Coordinaciones consecutivas. Marcan las diferencias entre el empirismo y la actuación científica al indicar una relación de causa- efecto. Están en los fundamentos de la Fisiología y la Medicina basada en la evidencia. Justifican cambios de actitud, son apropiadas en el debate razonado y dominan el discurso pedagógico, de educación sanitaria, etc. Los vínculos utilizados son: porque, por lo tanto, entonces, de modo que.
“Las oleadas de COVID se producen porque aparecen nuevas variantes del virus”. “La mayor carga viral se exhala por vía respiratoria, por lo tanto deben evitarse los locales cerrados”. “Cuando el organismo reacciona frente al virus de forma anómala, entonces se puede producir neumonía grave”. “Los coronavirus se replican en el epitelio de vías altas, de modo que la clínica es fundamentalmente respiratoria”. Cuando los nexos no coordinan argumentos razonables, se convierten en meros exabruptos autoritarios: “porque lo digo yo” o “porque sí”.
Coordinaciones yuxtapuestas. Son dominantes en aforismos, refranes y sentencias habituales en las relaciones médico-enfermo a lo largo de la historia. En estas oraciones los nexos son signos de puntuación (coma, punto y coma o dos puntos).
Muchos se recuerdan con la pandemia de COVID, como se ve con algunos ejemplos.
“A grandes males sanitarios, grandes remedios políticos”. “En caso de epidemia: Salga Luego (enseguida), vaya Lejos, vuelva Luengo (tarde)”. “No tenía solución, le aplicaron cuidados paliativos”. “Su evolución se seguirá por teléfono; quédese en su domicilio”. “Del experimentador, líbranos Señor”. “El mal entra a brazadas, la salud llega a pulgadas”. “Cuida la recaída, es peor que la caída”. “De sufrir un gran mal, siempre queda la señal”.
Las Coordinaciones explicativas son complementarias de las demás, aclarando nuevos descubrimientos, situaciones complejas y términos médicos poco conocidos. Son frecuentes en el discurso pedagógico y periodístico. Se caracteriza por enlaces como: esto es, es decir y o sea. Las Distributivas, con los lazos clásicos (Bien…, bien; unos…, otros; tan…, tan) habían quedado algo desfasadas. Pero se han recuperado con la Estadística y Epidemiología. “Unos meses la tasa de contagio fue máxima, otros la mortalidad alcanzó un pico alarmante”. “Los cuadros evolucionaron, bien hacia una forma aguda, bien a una forma crónica”.
Otras oraciones. Además de las coordinadas, la riqueza del lenguaje se nutre con otros muchos tipos para exponer, comparar, asociar y matizar ideas, conceptos o datos. Cada una tiene su interés según el caso, como las subordinadas, declarativas, activas, pasivas, simples, compuestas, etc. En pandemia han proliferado las exhortativas en forma de carteles. “Espere a ser llamado”. “Póngase la mascarilla”. “Consulte a su médico”. “Con los medicamentos no se juega”.
Conclusión.- En los problemas sanitarios complejos, pandemias por ejemplo, la coordinación estratégica de todos los actores es fundamental. A nadie se le ocurre prescindir de la estadística, la industria, los políticos o los medios de comunicación. Sin embargo, rara vez se reconoce la importancia del lenguaje entre todos los actores. La adecuación, coordinación y precisión gramatical evitaría más de una situación caótica, como las que hemos sufrido en ciertas ocasiones.
Médico, fue profesor de varias universidades españolas donde trabajó sobre: diagnóstico, nuevos antimicrobianos, modelos de cultivo continuo y arquitectura de poblaciones bacterianas. Su labor se plasmó en numerosas publicaciones científicas, libros y artículos de divulgación. En Esfera Salud, sus artículos de divulgación sobre historia y actualidad de la Medicina, están dirigidos al público interesado en temas de Salud.
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