anticíricos

Crónica de los Antivíricos en Campaña (pandémica)

Aclaremos:

1.- Contamos con antivíricos de exposición, tales como: agua y jabón en higiene general, luz UV, gel-alcohol para desinfección de manos o lejía diluida para superficies. Se debe insistir que el alcohol y la lejía son para superficies .Muchos pensaron eliminar los virus colonizadores de la faringe mediante gárgaras con aguardiente…y ya de puestos…y sobre la lejía, recuérdese la inoportuna intervención de Trump; mejor, olvídese.

Otros antivíricos son de administración oral o parenteral. Algunos han seguido aventuras picarescas paralelas como las del gel-alcohol, llevadas a precios y desabastecimiento sobre todo. Son los fármacos o medicamentos, a los que me referiré más extensamente.

2.-Todo fármaco tiene un mecanismo de acción y una diana principal, pero no única, no son específicos puros. Por eso decimos que la aspirina, por ejemplo, es antitérmica, antiagregante, analgésica… Cuando estamos ante una nueva enfermedad o un patógeno emergente nos encontraríamos inermes si no fuera por el espectro de acción más o menos amplio de los fármacos registrados previamente. De los existentes, miles, siempre habrá alguno que haga algo.

Con los primeros enfermos graves se necesitó tratar los fenómenos inflamatorios y la posible complicación neumónica bacteriana. Determinados antibióticos antibacterianos, como la azitromicina, tienen cierta acción antiinflamatoria y además alcanzan alta concentración intracelular, donde se replican los virus; también inhibe la síntesis proteica bacteriana y quizás afectara también a los virus. Son razones , a falta de otras, para incluirlo en los protocolos terapéuticos. La Ingeniería Química y la Informática («big data «) resultan muy útiles. No olvidar que la investigación de un nuevo fármaco específico para COVID-19 , como en cualquier otro caso, puede llevar muchos años, es muy caro y no tiene garantizado el éxito.

Las vacunas, por definición, requieren especificidad, por lo que no nos sirven las existentes para protegernos de nuevas enfermedades. Pero tienen la ventaja que , una vez aislado el patógeno responsable, es posible el éxito de su elaboración y aplicación en uno o dos años. Sobre sus vicisitudes sanitarias, mercantiles y políticas nos ocuparemos en otra ocasión.

3.-¿ Qué se puede hacer ?. Echar mano de las experiencias de procesos producidos por virus de biología parecida ( SIDA, Ébola, gripe, SARS) ; el uso de fármacos diseñados para otras indicaciones (antirretrovirales por ejemplo) o recuperación de otros ya abandonados (como se hizo con zidovudina en SIDA).No siempre tuvieron éxito.

Es lo que pasó en el SARS: tras fracasar con los antibióticos al descartarse una neumonía atípica se probó con antirretrovirales al verificarse la etiología. Sólo se vio algún resultado con la asociación de varios. Pero fue una interesante experiencia para la incorporación del remdesivir en COVID-19. Las indicaciones para otros procesos pueden plantear problemas legales que suelen superarse sin grandes dificultades como fármacos de uso «compasivo».

Para las evoluciones de peor pronóstico, como es el caso de la coagulación intravascular, la complicación neumónica o la fibrosis pulmonar, hay que recurrir a los remedios existentes, que no son pocos: anticoagulantes, antibióticos, corticoides y otros. Un ejemplo más concreto es el de tocilizumab, indicado en la artritis reumatoide y en el síndrome de liberación de citoquinas, reductor bien conocido de la IL6, muy elevada en la cascada inmunológica de los pacientes COVID-19 graves.

4.-En muy poco tiempo la información disponible ha sido exahustiva. Con las palabras «coronavirus tratamiento» , Google anota más de 250 millones de entradas; más popular,imposible. En Google Scholar, que recoge información más seleccionada, se reducen las entradas a poco más de 13 mil, inabarcable también. Hasta las revistas científicas de máximo impacto han sufrido la premura y presión para publicar artículos, que luego han debido rectificar o retirar. Ni «the Lancet» ni el «B.M.J» se han librado.

Nunca se había visto tanta divulgación científica tan bien presentada. Hay gráficas y esquemas para todo. Se explica el ciclo del virus sobre excelentes esquemas donde es fácil deducir dianas y mecanismos de acción de los antivíricos. Hemos visto pedagógicos esquemas de la evolución natural de la enfermedad, la fisiopatología de la coagulación, la neumonía, etc.

No dejan de ser «fotos fijas» que han facilitado el racional manejo de los enfermos; y también el debate y la inseguridad, forzando a veces la mediación de sociedades científicas. Es bien reciente el debate sobre fármacos muy utilizados como el ibuprofeno o el enalapril. Éste actúa en el sistema renina-angiotensina sobre el que también interacciona el virus de COVD-19. Ante informaciones contradictorias la gente optó por la cautela.

5.-La sorpresa, y el desconocimiento , aunque fuera parcial, ha provocado numerosos desajustes , especialmente en los frecuentes casos graves que requerían tratamientos heroicos. Es comprensible, porque los indicadores microbiológicos , terapéuticos y de toxicidad de los fármacos no se conocían ,si acaso se suponían. Incluso las fases de la enfermedad complican el manejo de los fármacos. Por ejemplo, el uso de corticoides, considerados factor favorecedor de procesos víricos ¿ deben evitarse o utilizarse para el tratamiento de la fibrosis pulmonar ? y en este caso ¿antes de sufrir la fibrosis o una vez evidenciada?

6.-La hidroxicloroquina es el paradigma de lo ocurrido con otros muchos tratamientos en épocas de epidemias. En marzo se presentaba como el medicamento de elección, bien documentado, por chinos y franceses y estaba en los protocolos de la mayoría de los hospitales españoles para casos graves. Enseguida se anotaron deficiencias. En la valoración española aparecieron discrepancias; cada médico en cada hospital obtenía resultados diferentes (edad, estadio, gravedad…no eran homogéneos) y se mezclaban los efectos secundarios.

Sin embargo la euforia de disponer de un tratamiento ¿específico? provocó acopio y desabastecimiento. No tardaron en llegar las primeras críticas, incluidas las de Organismos Internacionales, a los resultados publicados y con ellas, la frustración y su eliminación en muchos protocolos. Pero también arreció una cerrada defensa por algunas Firmas farmacéuticas y autoridades. Las declaraciones de Trump y otros le dieron una dimensión inesperada. Flaco favor hicieron al fármaco y a los enfermos; la desconfianza estaba servida. Todavía, a finales de agosto siguen en marcha algunos ensayos de investigación, pero el ruido mediático ha perjudicado la necesaria serenidad para investigar, publicar y aplicar los resultados.

Parecida trayectoria han seguido otros tratamientos. Si nos fijamos en el remdesivir veremos que , por la experiencia con el SARS y antirretrovirales, fue incorporado muy pronto al tratamiento de COVID-19 . Pautas, efectos secundarios, interacciones medicamentosas y resultados clínicos, están en el punto de mira de todos. Tampoco han faltado intromisiones, como la de Trump, intentando reservar toda la producción para EE.UU. Ahora mismo,finales de Agosto, tenemos en Epaña desabastecimiento de remdesivir con trascendencia política incluida. No hay más que revisar los valores de la Firma productora en Bolsa para imaginar los vaivenes en los últimos meses del fármaco en cuestión.

Y 7.- El recuerdo fresco nos lleva a percibir lo que está ocurriendo con esta pandemia como algo único. Así es en los matices, quizás con una aceleración de acontecimientos; pero yo animo al lector a que vuelva la vista atrás y revise cualquier pandemia y patógenos emergentes. Un sólo ejemplo que parece de la prehistoria aunque lo sufrimos hace escásamente 10 años; es el referente a la gripe H1N1 de 2009-2010.

Recuerden las in formaciones sobre amantadina o rimantadina, debate desplazado inmediatamente al de Oseltamivir (Tamiflu ) de Roche frente al Zanamivir (Relenza ) de Glaxo . Los debates científicos, las guerras comerciales y los despropósitos políticos fueron épicos. Por cierto ¿ qué habrá sido de aquellas cosechas chinas del » anís estrellado» precursoras del oseltamivir, que se recogían cada dos años justificando altos precios y de las ingentes cantidades almacenadas en España en competencia con otros países ?.¡Cuidado con la política de compras de remdesivir!

Sobre el autor

Médico, fue profesor de varias universidades españolas donde trabajó sobre: diagnóstico, nuevos antimicrobianos, modelos de cultivo continuo y arquitectura de poblaciones bacterianas. Su labor se plasmó en numerosas publicaciones científicas, libros y artículos de divulgación. En Esfera Salud, sus artículos de divulgación sobre historia y actualidad de la Medicina, están dirigidos al público interesado en temas de Salud.

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