oximoron

Oxímoron: frecuente recurso médico

Introducción

El oxímoron (contraposición) es un curioso y atípico recurso del lenguaje, muy frecuente en el discurso médico-sanitario. Es, según la RAE, la “Combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de sentido opuesto, que originan un nuevo sentido.” Con frecuencia, resultan expresiones absurdas, redundantes o eufemísticas asumidas con naturalidad impostada en la jerga de conferencias y artículos científicos o de divulgación médica.

-En el discurso médico es fácil verificar las contradicciones. Por ejemplo, en el tratamiento abusivo, si es abusivo será mala praxis, pero no tratamiento. En la igualdad de género, si admitimos más de un género, evitamos la igualdad. Por eso se aplica la discriminación positiva, que es otra contraposición por el carácter excluyente de discriminar. No es raro que el uso inadecuado de contradicciones pueda hacer descarrilar el discurso. Sirvan estos dos párrafos, con los oxímorons en cursiva, para destacar su frecuente uso.

Aplicaciones

-Uso irónico. A veces se utilizan con ánimo sarcástico. El ejemplo más empleado es la ironía con “inteligencia militar”. En la misma línea, como fuego amigo, podemos citar: ciencia quirúrgica, humilde cirujano, eficiencia médica, credibilidad médica o médico matasanos. Respecto al altruismo egoísta contamos con el desinterés odontológico, la honestidad farmacéutica o la honrada gerencia. En los recursos humanos no falta la eficacia administrativa, fijos discontinuos o jubilados como fósiles vivientes y eméritos activos. Otros, no menos irónicos, serían: la sesión clínica de cafetería, independencia médica, libertad de cátedra, medicina alternativa, organización sanitaria, comisión eficiente o persona humana.

-La ecología y biología son fuentes inagotables de contraposiciones. Asumimos sin pestañear significados como selección negativa, selección natural, presión selectiva, genética evolutiva o biodiversidad alterada. Los procedimientos sostenibles nos han invadido por doquier: ecología sostenible, crecimiento sostenible, medicina sostenible, etc. En el medio ambiente (¿y en el otro medio?), “todo cambia para seguir igual, porque solo el cambio es constante”. Conceptos como el ADN basura, carga genética, genes egoístas, multiplicación bacteriana por división o réplica original, pueden explicar lo inexplicable.

-En las relaciones con los enfermos se habla del paciente enfadado, paciente soberano o fe racional en el médico. Con frecuencia se cuela el interés general, superarse a si mismo, prudencia insensata, extrema corrección, necesidades superfluas o alta revisable. Otras más llamativas son: mentira piadosa, historia clínica actual, emancipación individual, secreto compartido, silencio elocuente o tele-asistencia inteligente. El orden de factores ¿altera el producto? La solicitud previa de cita se ha sustituido por la cita previa, que todo el mundo entiende, pero no deja de ser un sinsentido.

-Hay expresiones clínicas notables: apatía aguda, enfermedad asintomática, mala salud de hierro, calma tensa, caos multiorgánico controlado, círculo vicioso o acaba de empezar. Otras serían: sobrepeso saludable, hipertensión normal, salud mental, incidente afortunado, amplia reducción, ceguera parcial, noches en blanco, paradas continuas, sana locura o sudor frío.

-El diagnóstico ofrece opciones como el enfermo normal, diferencias analógicas, analogías específicas, ambigüedad explícita o lógica borrosa. Son curiosas las interpretaciones sobre curvas planas, líneas punteadas, crecimiento negativo, verdad subjetiva, opinión objetiva, solución aproximada, exactitud exagerada o equivocación exacta. El término “casi” suele iniciar un oxímoron: casi siempre, seguro, terminado, perfecto, garantizado. Hay contradicciones absurdas concatenadas. “El cáncer, misterio sin resolver, era un secreto a voces del paciente. La presunción etiológica, como causa, brillaba por su ausencia; el informe fue una mentira piadosa”.

-En el pronóstico la incertidumbre da pie a numerosas contradicciones. Es el caso de pronóstico seguro, fiabilidad médica, realidad virtual, riesgo calculado, peligro controlado o complicaciones simples. Otros ejemplos son: excepción que confirma la regla, moderado optimismo, accidente previsible, superstición racional, fallo relativo y pequeños milagros.

-El tratamiento es un apartado delicado, cuyo lenguaje debe ser contrario a la falsa precisión, so pena de caer en incumplimientos terapéuticos. Deben aclararse las prescripciones del café descafeinado, medicamento inocuo, terapia preventiva, aborto terapéutico, medicamentos homeopáticos, terapias alternativas, elección única y pausas permanentes. Conviene usar adecuadamente la medicina defensiva, actuación pasiva, eutanasia humanitaria, resucitación cardiaca-pulmonar, daños colaterales, tolerancia cero (intolerancia), copia original (genéricos) o “viagra” natural. Puede sorprender el tratamiento antibiótico (anti-vida), tratamiento con anti- anticuerpos (propio organismo), prótesis confortable, provisionalidad definitiva o vientre de alquiler.

-La Salud pública deja muchas perlas. Es el caso de la medicina social, aldea global, prioridades para todos, igualdad asimétrica, segregación voluntaria, vacunas terapéuticas, guerras preventivas o enfermedades del bienestar. Otros conceptos contradictorios serían: voluntad social, opciones obligadas, plan espontáneo, orden aleatorio, perfecto desorden, rumor fidedigno, sexo seguro o anciano sano. Hay comparaciones entre campos opuestos que adquieren un significado bien conocido: la mejor defensa es el ataque o mejor prevenir que curar. La pandemia española nos descubrió la restricción de necesidades o que la distancia social era la separación física individual.

-En el campo de la investigación, la Inteligencia Artificial con su cortejo de robots inteligentes, ciencia ficción y armas intelectuales, ofrecen un vistoso escaparate. La propiedad intelectual, los datos teóricos, las simulaciones prácticas, la intuición científica, los experimentos naturales, etc., son otros conceptos discutibles.

-La austeridad del lenguaje alcanza también a los oxímorons, sintetizados en una sola palabra, como blanquinegro, agridulce, barbilampiño o tragicómico. De los prefijos más usados en castellano, más de la mitad dan un sentido negativo o contrapuesto a la palabra que acompañan. Con “a” y “anti” tenemos ejemplos como acéfalo, anosmia, arritmia, antibiótico, antiácido o anti-alérgico. Con “de”, “des” y “dis” podemos referir: decoloración, deficiencia, decrecimiento, degeneración, desacuerdo, desaceleración, desbridar, descontaminar, desinfectar, desalinizar, desanimar o discapacidad. Los prefijos “i”, “in” e “im” se bastan para darle a un término el sentido contrario. Es el caso de ilegible, ilegal, irreal, incertidumbre, inmóvil, incansable, inmortal, inconstante, insuficiencia, insensible, invisible, intolerancia, infiltrar, imposible e improbable. El prefijo “sin” cambia radicalmente el concepto de razón sentido o sabor.

Resumiendo, ningún insufrible artículo deja de ser un resumen detallado, que lo hace inaguantable hasta decidir: siempre jamás. Menos mal que los masoquistas, cual pertinaces suicidas, siempre vuelven a la pantalla del ordenador. Gracias– de nada.

Sobre el autor

Médico, fue profesor de varias universidades españolas donde trabajó sobre: diagnóstico, nuevos antimicrobianos, modelos de cultivo continuo y arquitectura de poblaciones bacterianas. Su labor se plasmó en numerosas publicaciones científicas, libros y artículos de divulgación. En Esfera Salud, sus artículos de divulgación sobre historia y actualidad de la Medicina, están dirigidos al público interesado en temas de Salud.


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