A propósito del CNIO; ¿desafinan las instituciones?

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Hace unos días, 11-12-24, el editorial de un periódico de tirada nacional titulaba: “Los despropósitos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas”. Y destacaba: “Desviar dinero al arte no parece lo propio de una institución creada para promover la investigación del cáncer”. ¿Hay delitos, irregularidades o simplemente el CNIO “desafina”? ¿Es un caso excepcional o habrá más instituciones que desafinan?

CNIO - Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas — CNIO – Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas

El problema de Fermi

Cuentan que la esposa del físico E. Fermi, Premio Nobel, le comentó la visita del afinador de pianos. Fermi, inquisidor, preguntó: ¿ cuántos afinadores hay en Chicago? y, ante la imposible respuesta, él calculó la solución.

Estimó el número de habitantes, hogares, pianos por hogar y afinaciones por año y trabajador. Dedujo en unos minutos la existencia de 125 afinadores de pianos y, por lo visto, apenas se desvió. Desde entonces, se denomina “problema de Fermi” al análisis de un hecho intrascendente para estimar escenarios complejos sociales, laborales, etc.

El asunto CNIO

Tirando del hilo, cada día se han ido describiendo abusos en nombramientos y prórrogas de directivos con salarios y regalías desproporcionadas. Los recortes presupuestarios afectan a becarios e investigadores jóvenes, no tanto a gastos de representación y viajes de directivos. La dirección tiene más éxito en la captación de fondos, objetivo de indudable importancia, que en proyectos de investigación.

Es el retrato del CNIO y de tantas otras instituciones públicas del tipo del CSIC, Universidad, o centros sanitarios y culturales. Los becarios escasean, los investigadores se van y los jefes se quedan y se multiplican. Recuerda el cuento de competición de traineras que, cada fracaso, de los remeros naturalmente, se corregía añadiendo más timoneles; así hasta el hundimiento final.

Como “la caridad empieza por uno mismo”, el resultado podía esperarse: la Dirección, bien, gracias, pero El CNIO ha “desafinado” y su prestigio despeñado. La valoración internacional ha caído en picado. La institución, modélica, de investigación en salud, ocupaba el 247 del mundo en la valoración internacional según el ranking 2017 de “Nature”. Este año ha caído hasta el 373 y el rendimiento investigador (publicaciones de impacto) ha bajado a la mitad.

Las Instituciones españolas según el problema de Fermi.

Las características de Centros, Academias, Colegios profesionales, Institutos, Fundaciones, Cátedras extraordinarias, Asociaciones y demás chiringuitos son difíciles de diferenciar. Leyes y normas estatutarias, prácticamente copiadas en todos los casos, son profusas, difusas y confusas. En cada ente, los estatutos, reglamentos, presupuestos, dirección y personal, propician todo tipo de irregularidades. Y todos se definen “sin ánimo de lucro”, dando pie a las máximas sospechas.

Un ejemplo ilustrativo es el artículo 60 de la Ley Orgánica 2/2023 del Sistema Universitario sobre colaboraciones con entes públicos o privados. Es un modelo de inconcreción, sin sanciones en caso de incumplimiento; si acaso, se contemplan expedientes informativos. Se consuma así la opinión de que “la ley está para interpretarla, no para cumplirla”. Un agravante: en los consejos rectores domina gente preparada, buenos conocedores de atajos burocráticos, en los que acecha la vanidad y la prepotencia.

¿Cuántas instituciones españolas desafinan? Considerando lo citado, como ocurre con los pianos, deberían afinarse periódicamente, mejor dicho, constantemente. ¿Cuál sería su dimensión? España cuenta con ¡¡4.863 entes!!, que constituyen una verdadera administración paralela, otra más. Otro dato: la Asociación Española de Fundaciones cuenta con 974 socios activos; solo en Madrid están registradas 115 Fundaciones con actividad. El número de asociaciones es incontable.

¿Qué se puede decir de los chiringuitos universitarios? Un escándalo político ha puesto de actualidad el tema de las Cátedras extraordinarias. La Cátedra del “caso Begoña Gómez” reúne las características generales de los chiringuitos citados. Cualquier experto podrá apreciar cierta prepotencia, y poco más, en la creación y desarrollo de la citada Cátedra. Pero los descarados objetivos (“Captación de fondos públicos”) y su influencia en la explotación de resultados ha merecido la atención judicial.

Las Facultades, Colegios Mayores o Departamentos utilizan el ruido de fondo de libertad de cátedra y autonomía universitaria. No es exacto; se expresan mejor a través de chiringuitos con la Ley Orgánica de su lado. Solo adscritos a la Complutense, campo sanitario, hay varios institutos de investigación, unas 20 cátedras extraordinarias y 25 másteres en ciencias de la salud. Complementan los programas tradicionales con materias emergentes: informática, inteligencia artificial, robotización, resistencias, alimentos, fármaco-epidemiología, criminología, …

¿Cuántas corresponden al mundo hospitalario? Sabemos que, solo de hospitales públicos, hay 296 CSUR (Centros, Servicios y Unidades de Referencia) y contamos con Unidades de Investigación Clínica en 14 comunidades. Tienen especial relevancia los 35 Institutos de Investigaciones Clínicas de los grandes hospitales, acreditados por el Instituto de Salud Carlos III. Además, cada hospital acoge asociaciones profesionales, pacientes, sindicales, de pacientes, etc. No importa su delimitación, porque los entes hospitalarios reúnen las características de los demás chiringuitos: los intereses creados están presentes.

En resumen, ¿ cuántas instituciones están afinadas? Entendemos como afinadas, las que anualmente ajustan plantillas, renuevan cargos directivos, cumplen sus objetivos, evaluación externa favorable de cuentas y rentabilidad (eficiencia). Es decir, prácticamente ninguna. La existencia de tantos entes públicos, propician el descontrol, el clientelismo y las corruptelas. Si piensa que el resultado es demasiado pesimista, podríamos rebajar la estimación a la mitad. ¿Significaría que 2500 instituciones padecen conflictos de diversa gravedad?; sigue siendo alarmante. El problema es que “afinar” un chiringuito no es lo mismo que afinar un piano.

Referencias

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Sobre el autor

José Prieto Prieto

Médico, fue profesor de varias universidades españolas donde trabajó sobre: diagnóstico, nuevos antimicrobianos, modelos de cultivo continuo y arquitectura de poblaciones bacterianas. Su labor se plasmó en numerosas publicaciones científicas, libros y artículos de divulgación. En Esfera Salud, sus artículos de divulgación sobre historia y actualidad de la Medicina, están dirigidos al público interesado en temas de Salud.