Physical Address
304 North Cardinal St.
Dorchester Center, MA 02124
Physical Address
304 North Cardinal St.
Dorchester Center, MA 02124
Temas
El Curioso ¿Qué es la curiosidad? Según el diccionario de la RAE es el deseo de saber alguien algo que no le concierne. Ver más en esta publicación.
La segunda acepción se refiere al vicio de alguien por inquirir algo que no debiera importarle. Ambas definiciones dejan en mal lugar a los curiosos.
¿Por qué es denostado el personaje así referido por Cervantes? La definición de la RAE lo explica casi todo. La morbosa curiosidad del desnudo, presente desde Adán y Eva, era bien conocida en la cultura griega, la literatura clásica (1) y la cinematografía. Con la pornografía, el desarrollo de la fotografía y las redes se dispararon los trastornos psicosexuales o parafilia (exhibicionismo, voyerismo, pedofilia, …) (2). Como en la lujuria, las inclinaciones compulsivas conducen a la envidia, la avaricia, la gula u otras desviaciones.
-Otro tipo, no menos frecuente, es la curiosidad ante la desgracia ajena que producen un secreto regocijo inmediato. El espectáculo del accidente de tráfico, deportes de alto riesgo como el boxeo o las ejecuciones públicas ofrecen una irresistible atracción para muchos. Hay indiscreciones relativamente divertidas, como las entretenidas sesiones de jubilados frente a una zanja en construcción. Son similares el bienestar por ver perder al equipo adversario o la malsana curiosidad retratada en “la vieja del visillo” del humorista Mota.
¿Por qué este tipo es recomendado? ¡Porque es fundamental! Las relaciones del hombre con su entorno se establecen por los órganos de los sentidos; son las estructuras estratégicas de la curiosidad. Las diferentes tácticas están en las preguntas; éstas, con o sin signo de interrogación, son figuras lingüísticas genuinas de la especie humana. Todos hemos padecido las continuas demandas de los niños con el “¿por qué?, ¿y para qué?, …”, señal de su afán por saber y madurar. El interrogatorio inteligente fomenta el conocimiento de forma exponencial y es imprescindible en determinadas profesiones. ¿Alguien se imagina a los médicos, policías, periodistas, filósofos o científicos sin preguntar o preguntarse? El individuo sin deseos de información, que no inquiere, es candidato seguro a la manipulación y parasitismo social.
Los interrogantes del enfermo son más importantes, pero suelen perderse en un mar caótico de dudas. ¿Qué será mejor, el remedio o la enfermedad? ¿Es realmente necesario? ¿Cuáles son los riesgos, me tocarán a mí? ¿No habrá otras opciones? ¿Qué pasa si no lo cumplo? ¿Qué me mandó el médico?
El código de la vida está en el “ADN” pero su interpretación debe responder a los interrogantes adecuados. Qué, dónde, cómo, cuándo, cuál, quién, cuánto, … además de los signos de interrogación, son vitales para el hombre. Ordene las preguntas, encuentre las respuestas correctas y tendrá la descripción de cada individuo y la ruta de su desarrollo. En Medicina, el problema está ¿dónde situar la pertinencia o impertinencia? Depende del objetivo y del uso que se dé a las respuestas. “No hay preguntas indiscretas; respuestas, a veces sí” (4). Los médicos, en fin, saben que manejan información muy sensible y están en el punto de mira de la Ley de protección de datos.
(4) Reflexión atribuida a Oscar Wilde
Médico, fue profesor de varias universidades españolas donde trabajó sobre: diagnóstico, nuevos antimicrobianos, modelos de cultivo continuo y arquitectura de poblaciones bacterianas. Su labor se plasmó en numerosas publicaciones científicas, libros y artículos de divulgación. En Esfera Salud, sus artículos de divulgación sobre historia y actualidad de la Medicina, están dirigidos al público interesado en temas de Salud.
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.