Physical Address
304 North Cardinal St.
Dorchester Center, MA 02124
Physical Address
304 North Cardinal St.
Dorchester Center, MA 02124
Temas
La humanidad avanza imparable gracias a iniciativas y hallazgos mezclados con numerosas extravagancias. La mayoría son anecdóticas y efímeras, pero en la práctica médica las ocurrencias son de alto coste y algunas llegan para quedarse. Señalemos algún sucedido.
Todas las epidemias cursan entre miedo, ignorancia y esperpentos. Hace 300 años lady Montagu escribía a sus amigas la grotesca costumbre de inocular pus de variólicos en niños sanos. Esta práctica se introdujo en las cortes europeas probándola antes, eso sí, en sirvientes o presos.
El posterior descubrimiento de la vacuna de Jenner, la expedición de Balmis, la vacunación obligatoria, etc. están plagados de bochornosas ocurrencias y escándalos. La ignorancia, falta de ética, avaricia y otros intereses inconfesables ensombrecieron gestas gloriosas.
Recordemos el caso de Semmelweis y el contagio de las fiebres puerperales. Fue declarado loco por reorganizar la maternidad de Viena destacando el buen hacer de las comadronas tras condenar el papel de médicos y estudiantes.
La homeopatía, nacida hace 200 años tras unas observaciones contradictorias de Hahnemann, es una extravagancia popular carente de verificación científica. Esperpentos similares cuentan con el pasotismo oficial en casos de curanderismo, herboristería e intrusismos varios.
¿Podemos diagnosticar las ridiculeces? Es relativamente sencillo analizando noticias, protocolos, normas o legislación. Los eufemismos como usuario (enfermo), progenitores (padres), conducta expectante (pasividad), diverso funcional (minusválido), uso imprudente (abuso), etc. son algunos indicadores.
Sospeche disparates políticos ante títulos con: sostenible, innovación, solidaridad, concienciación, confianza, satisfacción, mejoras, eficiencia, comisión, etc. Perogrulladas como altruismo, vocación, o tratamiento de adicciones, ETS u obesidad con abstinencia y ayuno son otros indicios.
Un oxímoron, contradicción, ocurre con ciencia-ficción, inmunidad inespecífica, tratamiento preventivo, sanidad mortuoria, o especialidad de medicina general, por ejemplo. El ridículo se roza con pleonasmos como persona humana, cita previa, autopsia del cadáver o supuesto teórico.
Analice en las sesudas estadísticas detalles de expectativas de vida, tendencias, probabilidades, riesgos o ponderaciones y descubrirá grotescas incongruencias como porcentajes superiores al 110 %. O sea, caricaturas tipo “cocinados Tezanos”.
¿Una publicación, informe o decreto es un aval de seriedad y rigor? En absoluto. Desconfíe de avales científicos como las excesivas citaciones, demasiadas referencias a famosos científicos y prestigiosas universidades. Suelen ser coartadas demagógicas.
Los internacionales “IG Nobel”, ridiculizan cada año las publicaciones científicas más extravagantes. El último IG Nobel de Medicina se concedió por demostrar la mayor abundancia de vello en la fosa nasal derecha. El de Salud Pública premió un inodoro inteligente detector de enfermedades por la huella anal. Es una cuestión de ocurrencias.
El Boletín Oficial del Estado, arma de destrucción masiva, consolida los mayores disparates a través de miles de páginas de decretos y leyes. Crea como churros: Facultades de Medicina, grados, másteres, doctorados, cátedras, especialidades, planes de estudio, homologaciones, etc.
La legislación de competencias en salud, autonomías, intrusismos, interferencias, etc. dan pie a todo tipo de situaciones grotescas. Se ha cambiado ¡la Constitución! para sustituir el eufemismo minusválido por otro (discapacitado) y ya se habla de otro más adecuado: diverso funcional. ¿Necesitaremos una Constitución para cada capricho?
Ignorancia, demagogia y disparates legislativos modulan la ética social de eutanasia, aborto, vientres de alquiler, feminismo, igualdad y violencia de género. Noticia: “Médicos ingleses preguntarán a los hombres si están embarazados antes de una radiografía”. Qué situación tan embarazosa.
Asistimos a un mal uso, bien calculado, del género, confundiendo el concepto biológico (agrupación de especies) con la categoría gramatical. Peor todavía: género y sexo cambian de significado y terminan siendo un sentimiento personal de cada uno. El caos más grotesco está servido.
La legislación sobre los animales deriva en esperpentos con indudable impacto sanitario. Los animales, individuos sintientes, próximos a la genética humana y enfermedades comunes, tienen derechos (libertad, respeto, bienestar, salud). ¿Y deberes? ¿Ocurrencias o utopías?
Los hallazgos científicos, crisis político-sanitarias o epidemias son fuentes inagotables de incongruencias ridículas. Tenemos reciente la pandemia de COVID asociada a las ridículas comparecencias del portavoz oficial o las inefables ruedas de prensa con militares de gala.
Grotescas fueron las contradictorias cifras de muertes, el clamoroso silencio de responsables oficiales y la implantación arbitraria de medidas inútiles o ilegales. Recuerden las terapias con lejía, antiparasitarios y otros remedios inútiles o el escandaloso acopio de mascarillas y vacunas.
La Farmacia ha sido diana habitual de escándalos sanitarios, políticos y económicos. Todo el mundo desconfía de fórmulas magistrales, bálsamos, patentes, genéricos, mezclas, panaceas, trasplantes (incluidos los fecales), etc., pero todo enfermo necesita, exige, la curación.
¿Cuál es el grado de especificidad? La ridiculez es inespecífica y al alcance de cualquiera. Mezcle tergiversación del lenguaje con campaña populista y una dosis de ignorancia: obtendrá un esperpento inigualable. Su antídoto es complicado ante las redes de comunicación.
¿Alguna especialidad o práctica médica puede librarse de excentricidades? En absoluto, todas son vulnerables. Cuanto mas activas, novedosas y necesarias, contendrán más incongruencias. Otra cosa es que nos acabemos acostumbrando a las bufonadas.
¿Son reprobables las extravagancias? Por definición se salen de la norma, pero al ser frecuentes compañeras, a veces imprescindibles, de los avances sanitarios, tendremos que ser indulgentes. Es lo esperable del lector de este artículo que, en sí mismo, no es más que una mera ocurrencia.
Médico, fue profesor de varias universidades españolas donde trabajó sobre: diagnóstico, nuevos antimicrobianos, modelos de cultivo continuo y arquitectura de poblaciones bacterianas. Su labor se plasmó en numerosas publicaciones científicas, libros y artículos de divulgación. En Esfera Salud, sus artículos de divulgación sobre historia y actualidad de la Medicina, están dirigidos al público interesado en temas de Salud.
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.