Norman Bethune – La huella solidaria

En el Centro Cultural Conde Duque de Madrid, junto a otra nueva muestra fotográfica singular del insólito Chema Madoz, en este caso dedicada a Asturias, se puede ver hasta el próximo día 2 de abril la exposición La huella solidaria, centrada en la figura del doctor Norman Bethune, el médico canadiense que fue capaz de cambiar el éxito y la riqueza que había alcanzado en menos de una década de ejercicio profesional como cirujano torácico en Montreal por la atención médica a los más desfavorecidos, la ayuda social y el trabajo infatigable en la tarea de hacer realidad una medicina social capaz de atender a todos al margen de los recursos económicos de las personas.

La rebelión contra la mayor morbimortalidad que engendran la pobreza, la falta de higiene y la escasez de cuidados médicos adecuados la llevó a cabo primero, en su propio país, Canadá; más tarde en la España desangrada por la guerra cainita (“España es una herida en mi corazón. Una herida que nunca cicatrizará.

El dolor permanecerá conmigo, recordándome siempre las cosas que he visto”); y, finalmente, en la China prerrevolucionaria, en plena guerra contra el Japón, donde murió antes de cumplir los 50 años por una septicemia causada por una herida quirúrgica mientras operaba de urgencia, en condiciones precarias, a un paciente. Y esta rebelión se hace extensiva a la más violenta de las enfermedades sociales, la guerra: “Me niego a vivir sin rebelarme ante un mundo que engendra crimen y corrupción. Me niego a cerrar los ojos por pasividad o por negligencia ante las guerras que hombres codiciosos desencadenan contra otros hombres…”.

Exposición Norman Bethune
Exposición Norman Bethune

También podemos acercarnos a su ideario médico a través de estas breves reflexiones:

“Qué hermoso es el cuerpo humano; que perfecta cada una de sus partes; con qué precisión se mueve; qué obediente, orgulloso y fuerte. ¡Qué terrible cuando está destrozado! La trémula llama de la vida se consume poco a poco y se apaga al impulso de un parpadeo. Como una vela, callada y suavemente…”.

“Deberíamos ser como los monjes, yendo por esos mundos en sandalias y harapos. El propósito de nuestras vidas es el de cuidar y resucitar el cuerpo humano. Eso debería ser el sagrado propósito; y nuestra dedicación debería ser tan sagrada como nuestro propósito”.

“La tuberculosis causa más muertes por la falta de dinero que por la falta de resistencia a la enfermedad: el pobre muere porque no puede pagarse la vida”.

“Si no puede cambiarse el modo de funcionamiento de la sociedad, si no estamos seguros de poder detener la pobreza y la iniquidad, entonces es necesario actuar de forma que otras cosas -como la atención sanitaria pública- sean ofrecidas en un nivel aceptable que ayude a nivelar esta desigualdad”.

Merece la pena acercarse a Conde Duque.

¿Convergen los avances médicos y tecnológicos?

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